Los Juegos Olímpicos de París de 2024 serán sin lugar a dudas un evento histórico, no sólo por los logros atléticos, sino también por el nivel de interacción online. Además de celebrarse en un panorama donde se ha consolidado el consumo de plataformas digitales por encima de los medios tradicionales, estos se convertirán en los Juegos Olímpicos más digitales de la historia, atrayendo a una audiencia online masiva y altamente comprometida.
La forma en que consumiremos estos juegos será muy diferente a como los hemos venido consumiendo en ediciones anteriores. La visualización de las competencias mediante streaming y/o redes sociales ganará protagonismo. Veremos más que nunca a los propios deportistas contando ‘su propia historia’ en sus redes sociales. Y esto para las marcas es fantástico.
Si bien la audiencia televisiva global de los Juegos Olímpicos ha disminuido de forma constante desde 2012 (3.05 mil millones en el caso de Tokio 2020 frente a 3.2 mil millones de espectadores en Río 2016), es el caso contrario para el consumo digital, que se ha disparado de forma significativa. Por ejemplo, en la última edición de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, celebrados en 2021 debido a la pandemia, se registró un récord del 64% de espectadores que consumieron contenido tanto en plataformas digitales como en televisión. Además, la conversación en redes sociales sobre el evento deportivo, fue sumamente exitosa, con una cifra de 6.1 mil millones de interacciones. Cabe destacar casos como el hashtag #OlympicSpirit en TikTok e Instagram, o los filtros de realidad aumentada en Snapchat, que alimentaron la conversación en el entorno digital.
La forma en que vemos los Juegos Olímpicos ha experimentado una transformación radical, pasando del televisor a la flexibilidad de los servicios de streaming y las redes sociales. De esta forma, la nueva edición de los Juegos Olímpicos promete una auténtica revolución en materia de visualización a través de una multitud de canales digitales. De esta forma, los espectadores podrán incluso interactuar directamente con los atletas, el personal de apoyo e incluso con otros espectadores en las redes sociales, creando un sentido de comunidad nunca antes visto en este tipo de encuentros deportivos. Las plataformas prometen presentar nuevos espacios para contar historias olímpicas, que acercarán a las personas más allá de la competencia olímpica, con contenido detrás de escenas, alimentación, estilo de vida y más.